Para ofrecer alguna analogía, podemos ofrecer este ejemplo. Imagine de hacer en
casa el siguiente experimento. Tomemos un pedazo de hielo y lo pongamos en un plato.
Ahora es un material sólido: se puede recoger, tratar de imaginar lo mucho que pesa. Sin
embargo, si este pedazo de hielo se queda durante un cierto tiempo en nuestra habitación,
constataremos que sólo se quedarà agua en el plato. Como dicen los físicos, hubo una
transición de una fase a otra: el material se transforma desde el sólido al líquido. Deje el
agua en el plato y vamos a ver lo qué pasa. El agua se evaporará, y después de un poco 'de
tiempo, no quedará nada en el plato. Se produrrà un pasaje ulterior de una fase a otra: el
material pasa de la fase líquida a aquella gaseosa. Si nos fijamos alrededor, no podemos
encontrar el agua que poco antes estaba en el plato. Sin embargo, si en nuestro apartamento
hay un tubo en el cual discurre el flujo de agua fría, a veces en invierno, cuando el agua
que fluye en la tubería està particularmente frío, se puede observar que aparecen en el tubo
las gotitas de agua. Este vapor de agua se condensa del aire sobre la superficie de la tubería
fría. Si recogemos un poco de este agua y lo ponemos en la nevera, vamos a conseguir un
nuevo hielo.
He traído este ejemplo para decir lo siguiente. La transición de la condiciòn de la
"vida" a la condición en que se encuentran los muertos es un poco 'como una transición de
una fase a otra. Cuando el agua se convierte en vapor, está cerca de nosotros, a nuestro
alrededor, incluso si no lo vemos. Lo mismo ocurre con los muertos: están cerca de
nosotros. Recordemos las historias de aquellos que han experimentado la muerte clínica.
Estas personas vieron, desde un punto situado por debajo del techo, como los médicos
estaban ocupados con sus cuerpos, sentían lo que decían, y más tarde, después de la
resucitación, a menudo daban una descripción detallada de lo que habían visto y oído, con
gran asombro de los médicos.
DEL LIBRO DE LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA ETERNA A PARTIR DE AHORA SON NUESTRA REALIDAD, Grigori Grabovoi , pagina 8