Un sabio fue a las puertas del cielo y golpeó.
Desde dentro, Dios preguntó:
- “¿Quién esta ahí?”
Y el sabio respondió :
-“Yo”.
-“En esta casa”, respondió la voz, “no hay lugar para yo y para mí”.
Entonces el sabio se fue lejos y pasó muchos años meditando sobre aquella respuesta.
Regresó a las puertas y la voz hizo la misma pregunta, y de nuevo el sabio respondió:
-“Soy Yo”.
La puerta permaneció cerrada.
Después de algunos años, el sabio volvió a la puerta y luego de tocar resonó de nuevo la voz:
-“¿Quién está ahí?”
Y el sabio lloró:
-“Soy tú mismo”...
La puerta se abrió.
Desde dentro, Dios preguntó:
- “¿Quién esta ahí?”
Y el sabio respondió :
-“Yo”.
-“En esta casa”, respondió la voz, “no hay lugar para yo y para mí”.
Entonces el sabio se fue lejos y pasó muchos años meditando sobre aquella respuesta.
Regresó a las puertas y la voz hizo la misma pregunta, y de nuevo el sabio respondió:
-“Soy Yo”.
La puerta permaneció cerrada.
Después de algunos años, el sabio volvió a la puerta y luego de tocar resonó de nuevo la voz:
-“¿Quién está ahí?”
Y el sabio lloró:
-“Soy tú mismo”...
La puerta se abrió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario