jueves, 27 de mayo de 2021

La Vía del Corazón, Recopilatorio de la lección 5.

Recopilatorio de la lección 5.

LVDC requiere del compromiso.
El camino no será comprensible para el mundo, tampoco para vosotros. Caminarás de misterio en misterio.

Reconoce que no estás viviendo una vida, sino que es la Vida la que te vive.

Observar lo que surge desde un espacio de calma, ecuanimidad, aceptación y perfecto amor. Así desarrollamos una cualidad de la Consciencia: el Testigo.

Ya nada es inaceptable para ti. Sabes que solo lo aceptado podrá ser transcendido.

Nada puede obligarte a nada. Habitas en la “no necesidad"
Sin necesidad de dirigir tu viaje. Estarás en Paz, y en esa Paz el Aliento de Dios se moverá a través de ti. Habitando en perfecta confianza y descanso. Tu Padre te reconocerá y tu conocerás a Dios.

Por mi mismo no hablo nada; más, a través de mi, el Padre hace todas las cosas. Siendo canal a través del cual mana el amor.

Sin la necesidad de ir a ningún sitio, sin tener que conseguir nada, espacioso y vacío…

Activar la cualidad de discernimiento, llamada el Testigo, desde la cual fluyes movido por el viento del Espíritu. Así, todo lo que pronuncies tendrá la vibración de la Verdad.

Ya no vives para ti mismo. La Fuente se expresa a través de ti para servir al despertar de toda la Creación a la Verdad de la Presencia de Dios.

El deseo lo es todo. Desea pues una perfecta unión con Dios. Ser Cristo encarnado. Así, nada te resultará imposible, pues no eres tu quién lo hace.

El deseo en el tiempo se cultiva mediante la intención. Mantenido como un haz de luz láser para atravesar toda la porquería del mundo.

Diariamente:
-          ¿Qué es lo que más deseo?
-          ¿Qué estoy haciendo en éste planeta?
-          ¿En qué estoy comprometido?

Mi intención es usar el tiempo constructivamente para reaprender lo que significa habitar en el Reino del Cielo y cumplir con mi función. Y mi función es la sanación. Y la sanación requiere la presencia de Cristo, porque solo Cristo puede expresar el Amor que da vida a la sanación.

El deseo y la intención son de una importancia crítica.

Reconocimiento de que ya eres amado por la única Fuente que importa. Que has venido por un propósito elevado que puede hacerse manifiesto a la manera del mundo, pero que no es del mundo.

La tercera etapa es la del Permiso: en la que cultivas una cualidad de discernimiento en la que descansas al reconocer que tu vida, ya no es la tuya propia. Se la devuelves a la Fuente de tu propio Ser, a esa profundidad del océano que si Sabe.
El permiso cultiva la confianza. Cambia la percepción del mundo, pues ya no te crees los pensamientos que antes parecían los tuyos.

Cuarta etapa: Rendición. Vivo pero no yo, sino Cristo quién Mora cómo yo mismo.
No se haga mi voluntad sino la Tuya.

Deseo, intención, permiso y rendición.

Sabrás que el cuerpo-mente que una vez pensaste que era tuyo, es poco más que un recurso temporal de enseñanza, una herramienta a ser tomada y utilizada bajo la dirección de Dios, y a ser dejada de lado cuando su utilidad termine. Capaz de observar incluso el proceso que tu mundo llama muerte con total ecuanimidad y gozo. Verás  a tu espíritu desprendiéndose del cuerpo…

Se siempre humilde. Y la humildad genuina fluye del reconocimiento bien asentado de que tú no puedes salvarte a ti mismo, de que eres creado y no Creador, de que eres efecto y no Causa, (en un sentido absoluto) de que algo llamado Vida no es tuyo, de que hay algo que está más allá de controlar y comprender intelectualmente. Cuando te des cuenta de que tu pequeño yo nunca podría abarcar la Fuente, descansarás en la humildad genuina.

Según degustas la magnificencia y la grandeza que querrían fluir a través de ti, descubrirás que los “enemigos" se hacen más sutiles.
Siempre que escuches una voz en ti mismo diciendo, “conseguido", debes estar seguro de que no es así, y que estas en peligro de perder lo adquirido.

La humildad es el reconocimiento de que cuanto más te dirijas hacia la maestría, más existirá el deseo de disciplina y vigilancia. La disciplina es como la habilidad de un artista que la cultiva y la refina simplemente desde el profundo deseo y deleite de crear más bellamente.

Mientras el cuerpo dure, las creaciones de consciencia que son desemejantes al Amor han creado todo un conjunto de patrones vibratorios que simplemente estarán encantados de empujarte hacia abajo.

La disciplina es el reconocimiento de que puede ser un deleite repetir conscientemente la decisión de enseñar solo Amor, y elegir selectivamente los patrones vibratorios en tu consciencia, siendo admitidos en ella solo los que reflejen la Verdad, la belleza y la valía de quién tú Eres.

Un maestro acepta el Amor ofrecido, la gratitud ofrecida por aquello a quienes sus enseñanzas han tocado, y ofrece todo eso a Dios, reconociendo que solas, todas esas cosas, no podrían haber sido hechas.

Recordar la simplicidad de que, por mi mismo no puedo hacer nada.
Cultivar el arte de ser siempre un estudiante del Amor.
Practicar la disciplina y la vigilancia, recordando siempre la humildad, hasta que te encuentres recordándola en cada respiración.

La obscuridad aborrece la Luz.

Cuando no reclamas nada para ti mismo, todas las cosas pueden fluir a través de ti.

No distorsionaras el Amor de Dios usurpando la posición de Dios, poniéndote tu mismo en el trono.

Cuando reces pide grandeza. Solo el amor de Diós puede llenarte a ti como Alma.

Cuando estés dispuesto a soltar el mundo, el Cielo vendrá para reemplazarlo.

Paradoja en el Espíritu; humildad y grandeza. Aprende a discernirla.
Nunca descuides la necesidad de disciplina, apoyándote en el cimiento de la humildad.

Fuente, Creador, Dios, Diosa, todo lo que Es, Abba, estoy preparado para ser lo que Tú me has creado para Ser. Elijo recordar que soy efecto y no causa. Que se haga Tú voluntad, sabiendo que ella es mi plena felicidad. Revela entonces esa Vía a través de la cual puede ser conocida dicha felicidad. Porque mi manera nunca ha funcionado, pero la tuya siempre lo hace.

Recuerda cada día la energía del agradecimiento.

La Vida es la presencia del Amor de Dios. Di si a Ella, y permanece en la consciencia de la humildad divina.

El gran deleite de saber que vivimos, pero que no vivimos nosotros, sino nuestro Creador, que vive en tanto que nosotros.

El maestro ha dominado el arte de ser siempre un estudiante.

Deseo, intención, permiso y rendición. No estás aquí para sobrevivir, estas aquí para vivir como la Verdad de quién tú eres.

Permiso: Hay una inteligencia, un Amor que te conoce mejor que tú mismo, y que te está presentando, minuto a minuto, joyas, gemas, lecciones y bendiciones… entreteniendo el tapiz de tu vida, sin que nada suceda por accidente.

Rendición: la Voluntad de tu Padre es que vivas sin conflicto, en paz, con alegría, realización y felicidad; eso que se llama éxtasis.

Humildad: ¿yo me creé a mí mismo? Estado de divina ignorancia. Permite así que el Creador se  mueva a través de ti, revelándote todas las cosas.

Tus opiniones te parecerán insignificantes, y desde un grandioso vacío descubrirás una paz perfecta.
La Vida te llevará sobre sus alas, y a través de ti, expresará cada vez en una mayor dimensionalidad, el exquisito e infinito Amor, Poder y Creatividad que Dios Es, hasta que jures que Dios es todo lo que hay. Y no encontrarás ni rastro de ti mismo en ningún lugar.

¿Puede la ola dirigirse a sí misma? El ego es el intento de ello y siempre fracasa.

Permite que la Paz inunde tu ser en todo momento. Y reconoce que estás a salvo en el Amor de Dios que surge de esa gran fuente de misterio, que querría moverse a través de ti con cada respiración que tienes y con cada palabra que dices, hasta que solo escuches ese ímpetu de la guía que mana desde lo más profundo de tu ser como una suave Voz en la que confías completamente. …Así, conocerás la libertad que buscas.

Estad por tanto en Paz, queridos amigos.
Jeshua 🙏💜

No hay comentarios:

Publicar un comentario