Las heridas emocionales que sufrimos en la infancia se reflejan en nuestra postura, forma de caminar y peso corporal. Reconocerlas es el primer paso para sanarlas.
Herida de Humillación:
Postura encorvada, con la espalda jorobada.
Hombros caídos y cabeza inclinada hacia abajo.
Glúteos metidos hacia adentro.
Causa
Se desarrolla cuando una persona ha sido avergonzada, criticada o ridiculizada en su infancia. Puede llevar a sentir que no es suficiente o que merece ser castigada.
Cómo sanarla
Trabajar en la autoestima y la autoaceptación.
Practicar afirmaciones positivas y autocompasión.
Buscar apoyo terapéutico para liberar la vergüenza acumulada.
Aprender a poner límites y valorar la propia voz.
Herida de Abandono:
Cómo se manifiesta
Sobrepeso sin causa aparente.
Dificultad para bajar de peso incluso con dieta y ejercicio.
Sensación de vacío que se intenta llenar con comida.
Causa
Se genera cuando una persona se sintió emocional o físicamente abandonada en la infancia. Puede provenir de padres ausentes, indiferentes o emocionalmente fríos.
Cómo sanarla
Reconocer el miedo a la soledad y aprender a disfrutar del tiempo a solas.
Sanar el apego emocional y la dependencia afectiva.
Practicar la gratitud y conectar con uno mismo.
Terapia emocional para trabajar la sensación de desamparo.
Herida de Injusticia:
Cómo se manifiesta
Cuerpo rígido, ni muy delgado ni con sobrepeso.
Dificultad para subir o bajar de peso, siempre en una talla intermedia.
Postura corporal tensa y perfeccionismo en la forma de caminar.
Causa
Surge en personas que crecieron con normas muy estrictas, exigencias altas o sentimientos de que nada de lo que hacen es suficiente.
Cómo sanarla
Aprender a ser flexible y soltar la necesidad de control.
Sanar la autoexigencia y permitirse cometer errores.
Practicar el equilibrio entre dar y recibir.
Trabajar la confianza en la vida y en las personas.
Herida de Traición:
Cómo se manifiesta
En hombres: espalda ancha, fuerte y musculosa.
En mujeres: caderas y glúteos grandes, bien formados.
Apariencia de fortaleza, pero con miedo al engaño.
Causa
Se desarrolla cuando hubo una figura de referencia (padre o madre) que no cumplió promesas o traicionó la confianza del niño. Genera la necesidad de ser fuerte para evitar ser lastimado.
Cómo sanarla
Aprender a confiar y soltar el control.
Sanar el miedo a ser lastimado en las relaciones.
Practicar el perdón, sin justificar lo que pasó.
Trabajar en la seguridad personal sin necesidad de mostrarse fuerte todo el tiempo.
Herida de Rechazo:
Cómo se manifiesta
Sensación de querer desaparecer o evitar ciertos lugares.
Inseguridad en grupos o ambientes sociales.
Rechazo a uno mismo y a los demás sin darse cuenta.
Causa
Se genera cuando una persona sintió desde la infancia que no era deseada o aceptada, lo que le hace buscar escapar constantemente.
Cómo sanarla
Aceptarse completamente y sanar la autoestima.
Identificar pensamientos de autocrítica y transformarlos.
Aprender a recibir amor y reconocimiento sin miedo.
Terapia para trabajar el miedo al rechazo y fortalecer la identidad.
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