La verdadera conciencia es aquella que refleja la realidad del mundo en un espacio y tiempo interminables. Es la conciencia lo que nos permite vivir y evolucionar eternamente.
Aquí están las tres propiedades que caracterizan la auténtica conciencia:
La conciencia auténtica crece y se desarrolla junto con el Mundo en todas sus manifestaciones.
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Mantenida en su pureza, la auténtica conciencia puede ser "redirigida" o "transmitida" a otras entidades, junto con todo su conocimiento.
Completado
Cada segmento de la conciencia auténtica contiene toda la realidad simultáneamente.
La conciencia genuina surge del desarrollo espiritual. Se desarrolla con el Alma, la estructura espiritual y el cuerpo, que está destinado a ser armonía de todas las células que trabajan juntas. Incluso la célula más pequeña, de hecho, está conectada a todo el macrocosmos a través de vínculos comunes.
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