lunes, 4 de agosto de 2025

MEDITACIÓN: ÚNICOS

Cierra los ojos. Ahora miramos a nuestra madre y a nuestro padre, y los vemos como completos en sí mismos. Ambos están completos, cada uno único a su manera. Y así los vemos como pareja. Madre única, padre único — como dos personas únicas, se atraen mutuamente.

Entonces, nuestra madre toma a nuestro padre tal como es, como el ser único que él es, con profundo respeto por su individualidad y autosuficiencia, por su propio destino, por su propia felicidad. Nuestro padre toma a nuestra madre de la misma forma, como única. Ambos permanecen como son, y sin embargo, de repente, un amor los conecta, en el cual crean una nueva vida juntos, aunque cada uno está completo por sí mismo.

“HECHOS CON AMOR”

Nosotros somos el resultado de eso. En nosotros ellos están unidos — y aun así, somos diferentes, y por lo tanto, también separados. Ahí está nuestra madre, ahí está nuestro padre, y nosotros nos colocamos frente a ellos, aunque los unimos en nuestro interior. Le decimos a nuestra madre:

“Respeto tu grandeza. Aquí tú eres grande, y yo todavía soy pequeño(a).”

Decimos lo mismo a nuestro padre:

“Aquí tú eres grande. Yo todavía soy pequeño(a).

Sigo siendo tu hijo(a). Como hijo(a), recibo de ti. Tú das, yo recibo.”

Así nos volvemos ricos — pero como individuos, cada uno por sí mismo.

CONCLUSIÓN: PERMANECER EN LOS PROPIOS LÍMITES

Todos los problemas surgen de transgredir límites — especialmente del límite de abajo hacia arriba, cuando los hijos quieren asumir algo que pertenece a los padres.

Y a la inversa, hay una transgresión de arriba hacia abajo, cuando los padres esperan que sus hijos asuman algo que es destino de los propios padres cargar y resolver. Así, dentro de estos límites, cada uno está completo.

Los enredos, como tantas veces los experimentamos en este trabajo, son siempre transgresiones de límites. Al asumir el destino de otra persona, yo transgredo un límite.

Bert Hellinger, Al Servicio de la Vida

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