lunes, 12 de marzo de 2018

LAS RAÍCES CREAN LOS FRUTOS de Harv Eker

Imagínate un árbol. Supongamos que representa al árbol de la vida. En él hay frutos. En la vida a nuestros frutos se los denomina nuestros «resultados». Pero miramos los frutos (nuestros resultados) y no nos gustan: no hay suficientes, son demasiado pequeños o no saben bien.
Entonces, ¿que tenemos tendencia a hacer? La mayoría de nosotros pone aún más atención y concentración en los frutos, en los resultados. Pero ¿que es lo que en realidad crea esos frutos concretos? Lo que crea esos frutos son las semillas y las raíces.
Es lo que hay bajo el suelo lo que crea aquello que esta por encima de él. Lo que no se ve es lo que crea lo que se ve. Y eso ¿que significa? Significa que si quieres cambiar los frutos tendrás que modificar primero las raíces.
Si quieres cambiar visible, antes deberás transformarlo invisible.
Muchos dicen que sólo viendo creen. La pregunta que yo tengo para esa gente es:
« ¿Por qué te molestas en pagar la cuenta de la luz?». Aunque no puedas ver la electricidad si puedes seguramente reconocer y utilizar su potencia. Si tienes cualquier duda de su existencia, mete el dedo en un enchufe y te garantizo que tus dudas se desvanecerán rápidamente
Según mi experiencia, lo que no puedes ver de este mundo es muchísimo más poderoso que cualquier cosa que puedas ver. Estarás de acuerdo no con esta afirmación, pero en la medida en que no apliques este principio en tu vida, tendrás problemas. ¿Por que? Porque estas yendo en contra de las leyes de la naturaleza, según las cuales lo que hay debajo del suelo crea lo que está por encima de él, lo invisible crea lo visible.
Como seres humanos, formamos parte de la naturaleza, no estamos por encima de ella. Por consiguiente, cuando nos alineamos con sus leyes y trabajamos en nuestras raíces -nuestro mundo «interior»-, nuestra vida fluye suavemente. Cuando no lo hacemos, la vida se complica.
En todos los bosques, en todas las granjas, en todos los huertos de la tierra, es lo que se encuentra bajo el suelo lo que crea aquello que hay por encima de él. Por eso es inútil que pongas la atención en los frutos que ya has cultivado: no puedes cambiar los que cuelgan del árbol. Sin embargo, sí puedes cambiar los frutos del mañana. Pero, para hacerlo, tendrás que cavar debajo del suelo y fortalecer las raíces.
Una de las cosas más importantes que puedas llegar a comprender en esta vida es que no vivimos en un único plano de existencia: hacemos en al menos cuatro esferas distintas a la vez.
Estos cuatro cuadrantes son el mundo físico, el mundo mental, el mundo emocional y el mundo espiritual.
La mayoría de la gente jamás se da cuenta de que la esfera física es simplemente una «impresión» de las otras tres.
Por ejemplo, supongamos que acabas de escribir una carta en el ordenador. Le das a la tecla de imprimir y rápidamente la carta te sale por la impresora. Miras la copia impresa y, fíjate por donde!, encuentras un error tipográfico. Así que sacas tu fiel goma de borrar y borras la errata en el papel. Ya has corregido la falta. Ahora, Le das de nuevo al botón de imprimir y adviertes que otra vez aparece el mismo error!
iCaramba!, ¿cómo es posible? jSi acabas de corregirlo!
Así que esta vez coges una goma nueva y más grande, y borras más fuerte y más rato. Incluso estudias un manual de trescientas páginas titulado Cómo borrar con eficacia.
Ahora dispones de todas las «herramientas» y conocimientos que necesitas. Estas preparado. Le das a la impresión y...Oh no! ¡Ahí esta otra vez! «No hay manera!», gritas, pasmado de asombro. « ¿Cómo es posible? ¿Qué está pasando aquí? ¿Estoy en la dimensión misteriosa?»
Lo que esta ocurriendo aquí es que el verdadero problema no puede cambiarse en la «impresión» (el mundo físico): únicamente puede modificarse en el «programa» (los mundos mental, emocional y espiritual).
El dinero es un resultado, la riqueza es un resultado, la salud es un resultado, la enfermedad es un resultado, tu peso es un resultado. Vivimos en un mundo de causas y efectos.
¿Has oído alguna vez a alguien afirmar que tenía el «pequeño problema» de la falta de dinero? Pues ahora atiende a esto: la falta de dinero no es nunca, jamás, jamás un problema. La falta de dinero es meramente un síntoma de lo que está sucediendo por debajo.
La falta de dinero es el efecto, pero ¿Cuál es la causa fundamental? Todo se reduce a esto: el único modo de cambiar tu mundo «exterior» es transformar primero tu mundo interior».
Cualesquiera que sean los resultados que estés obteniendo, sean ricos o pobres, buenos o malos, positivos o negativos, recuerda siempre que tu mundo exterior es simplemente un reflejo de tu mundo interior.
Si las cosas no te van bien en tu vida exterior es porque tampoco van bien en tu vida interior. Es así de simple.

No hay comentarios:

Publicar un comentario