Pregunta: No he tenido ninguna revelación, ninguna experiencia mística en absoluto, pero creo sinceramente en lo que predico porque lo he leído en los libros sagrados. Mis palabras ofrecen consuelo a aquéllos que escuchan. ¿Debo renunciar a ayudarlos a causa de que no he tenido tal experiencia directa?
KRISHNAMURTI: Señor, ¿a qué llama usted ayudar a las personas? Si quiere pacificarlas, drogarlas para que duerman, entonces necesita la revelación y la autoridad. A causa de que hay tanto sufrimiento, pensamos que consolando a las personas las estamos ayudando. Este consolarlas no es sino adormecerlas, así que el que consuela se vuelve el explotador. No se limiten a reír ante la pregunta pasándola por alto, diciendo que no es pertinente para ustedes. ¿Qué es lo que están buscando? Si están buscando consuelo, encontrarán quienes los consuelen y les provean de drogas que los satisfagan. Pero “¿qué es lo que alguien puede enseñarles verdaderamente? Lo que otro puede ayudarles a hacer es discernir por sí mismos si están escapando de la realidad hacia una ilusión. Esto quiere decir que la persona que habla, que predica, debe ella misma estar libre de ilusiones. Entonces será capaz de ayudar a otros, aun sin leer los libros sagrados. Ayudará al individuo a mantenerse despierto, consciente de las realidades de la vida, liberado de toda ilusión. Al discernir una ilusión, la mente se libera de ella gracias a la comprensión profunda y destruye al creador de ilusiones, que es ese centro de conciencia limitada, el “yo”, el ego. Si usted quiere ayudar realmente al ser humano porque usted mismo percibe el completo caos y el sufrimiento que existen, no le dará ninguna droga que lo adormezca, sino que lo ayudará a descubrir por sí mismo las causas que impiden el nacimiento de la inteligencia. Es difícil enseñar auténticamente sin dominar, sin imponerse; y tanto el maestro como el discípulo deben hallarse libres de la sutil influencia de la autoridad, porque la autoridad corrompe y destruye toda comprensión.
KRISHNAMURTI: Señor, ¿a qué llama usted ayudar a las personas? Si quiere pacificarlas, drogarlas para que duerman, entonces necesita la revelación y la autoridad. A causa de que hay tanto sufrimiento, pensamos que consolando a las personas las estamos ayudando. Este consolarlas no es sino adormecerlas, así que el que consuela se vuelve el explotador. No se limiten a reír ante la pregunta pasándola por alto, diciendo que no es pertinente para ustedes. ¿Qué es lo que están buscando? Si están buscando consuelo, encontrarán quienes los consuelen y les provean de drogas que los satisfagan. Pero “¿qué es lo que alguien puede enseñarles verdaderamente? Lo que otro puede ayudarles a hacer es discernir por sí mismos si están escapando de la realidad hacia una ilusión. Esto quiere decir que la persona que habla, que predica, debe ella misma estar libre de ilusiones. Entonces será capaz de ayudar a otros, aun sin leer los libros sagrados. Ayudará al individuo a mantenerse despierto, consciente de las realidades de la vida, liberado de toda ilusión. Al discernir una ilusión, la mente se libera de ella gracias a la comprensión profunda y destruye al creador de ilusiones, que es ese centro de conciencia limitada, el “yo”, el ego. Si usted quiere ayudar realmente al ser humano porque usted mismo percibe el completo caos y el sufrimiento que existen, no le dará ninguna droga que lo adormezca, sino que lo ayudará a descubrir por sí mismo las causas que impiden el nacimiento de la inteligencia. Es difícil enseñar auténticamente sin dominar, sin imponerse; y tanto el maestro como el discípulo deben hallarse libres de la sutil influencia de la autoridad, porque la autoridad corrompe y destruye toda comprensión.
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